Fulgurante salida de nuestros jugadores, buena defensa, y facilidad
goleadora, que colocan en el marcador un resultado de 2-9. Y a partir de
aquí, desaparecimos del partido. Poco a poco nuestro rival fue creciendo,
bajamos intensidad en defensa, errores en lanzamientos, nos llevó a perder
toda nuestra ventaja, y llegar a la media parte con un preocupante resultado
de empate a 14.

En la segunda parte, intentamos separarnos en el marcador, pero, con más
voluntad que acierto, no encontrábamos el modo de hacerlo, el Canovelles
lograba imponer su ritmo de partido, y parecía que nada de lo que hacíamos
daba resultado alguno. Y al final, la solución llegó desde el banquillo.
Nuestro entrenador para el partido con un tiempo muerto a falta de 10
minutos, para ordenar una defensa 3-3, con la línea más avanzada en
prácticamente medio campo, que dio el resultado querido: concentración de
los jugadores que, a base de presionar en defensa individual, robar y
correr, pusieron la ventaja definitiva en el marcador de cinco goles al
final.

En definitiva, partido extraño, trabado, con múltiples incidencias (dos
bajas por cada equipo), que nos aporta dos puntos más y nos enseña que nos
queda mucho trabajo que hacer.